No nos dimos cuenta de su existencia hasta que nos empezó a picar la nariz y arrancaron los estornudos. En cantidad e insoportables. Nos hizo llorar, inclusive. El médico que consultamos nos alertó sobre la presencia de éllos y solo ahí nos dimos cuenta que no deberíamos de subestimarlos si no tomar nuestras precauciones para evitar males mayores. Estamos hablando de los
ácaros de polvo domésticos. Con aumento se ven así.
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